Emergieron en 1995 como un nuevo sujeto político.
Trajeron aires frescos al reclamo de verdad y justicia.
Salieron a las calles para escrachar a los genocidas que se regocijaban de su impunidad.
Y lograron --junto al movimiento de derechos humanos-- lo que parecía imposible: tener a casi 1200 condenados por los crímenes cometidos durante la dictadura.
Ellos y ellas saben que lo imposible solo tarda un poco más..